Ya era hora de que alguien le pusiera nombre y apellido al robo hormiga más elegante del país: el huachicoleo fiscal. Porque si el huachicol clásico huele a gasolina rancia, el fiscal apesta a corrupción refinada, a traje de lino, a despacho en Polanco y a auditorías maquilladas con Chanel.

Publicado en Opinion

Anúnciate con nosotros en todas nuestras redes sociales: YouTube, Instagram, y Facebook. Llama al 221-428-0361 y disfruta de nuestras promociones exclusivas.