Desde hace unos días medios de comunicación que están en contra del trabajo del gobernador Alejandro Armenta, y cómplices del prianismo, han iniciado una serie de ataques por la palabra expropiación que fue usado en una rueda de prensa.
Haber ilustremos a los desafortunados que propician miedo y odio a lo absurdo, la expropiación viene a ser, como su nombre lo indica, un medio por el cual el Estado impone a un particular la cesión de su propiedad por existir una causa de utilidad pública debidamente mostrada y mediante la compensación que al particular se le otorga por la privación de esa propiedad.
Claro que hay utilidad, en este caso un beneficio a terceros, casas a policías, no se hará un rancho, ni una mansión. Pero propiciar el miedo, con palabras que fueron bien dichas, solo dan a conocer su falta de conocimiento.
Les dejo algunas palabras para que entiendan el contexto:
Expropiación petrolera 1938: recuperación del petróleo de las y los mexicanos.
Esta ignorancia me recuerda curiosamente estas fechas, la ignorancia y medio de lo que predicaba Jesús (el primer filósofo del amor) lo condenaron a la cruz. Y ahora esta filosofía se ha usado para el bien social, gracias a palabras que antes espantaban o más bien usaban para estar en contra de alguien de visión diferente, ahora pueden tener la dicha de pelear por la dignidad, se condena el asesinato y se castiga al que lastima sin piedad.
Del tema del periodista que reitero no me ha hecho nada, no tocaré el tema, recuerden entre más leña le hechas al fuego más se prende, nadie saca a una persona de una mentira, las personas para llamar la atención son tan descaradas, que aunque muestres un audio negociando con alguien más, dirá que si es el pero que no fue él, en ese entonces de falta de existencia de IA, ahora todo es complot y manipulado por las nuevas tecnologías.
A inicio de una nueva era tecnológica y la falta de huevos de aceptar un error, nace nuestra más llamada victimización, pero ojo, esto surge del caso que se le haga a estas personas.